Por: Katty Peñalosa Vergara
La tierra, redonda y finita, es el albergue de la humanidad desde sus inicios. Su comportamiento y variaciones periódicas dependen de un sinnúmero de factores que primordialmente se producen al interior de nuestro sistema solar.
La tierra, redonda y finita, es el albergue de la humanidad desde sus inicios. Su comportamiento y variaciones periódicas dependen de un sinnúmero de factores que primordialmente se producen al interior de nuestro sistema solar.
Con la evolución de nuestra
especie, el intercambio de energía se hizo mayor, y con el crecimiento de la
población mundial como consecuencia, se han provocado diversos impactos a lo largo y ancho de
nuestro planeta y a partir de nuestras actividades que han tenido como fin
generar, construir y producir nuevas fórmulas que mejoren progresivamente
nuestra calidad de vida.
Con estos cambios, ligados
íntimamente a un aumento de sustancias y productos de los cuales se piensan han
y seguirán poniendo en peligro nuestra estancia sin fecha definida en nuestro
planeta, se han creado diversas teorías que en algunos casos sustentan su
relación directa con un fenómeno que amenaza con destruirnos y que ha invadido
desde no hace mucho tiempo los medios de comunicación masivos, la política, y
por supuesto nuestras mentes: El calentamiento global. No obstante, también
existen otras teorías en las que se muestra una clara oposición con respecto a
las antes mencionadas, y sean cuales sean las verídicas, evidentemente causan
gran controversia entre nosotros.
Se puede decir que con el
boom tecnológico que logro su apogeo hacia la revolución industrial, las
emisiones contaminantes crecieron inminentemente, la producción de gran
cantidad de desechos, la utilización de productos que no precisamente eran
buenos para nuestro bienestar y la proliferación de innumerables patologías y
enfermedades relacionadas con el problema sanitario, pusieron en alarma roja a
la población de esa época, y se creía que dichas consecuencias traerían
notables alteraciones en nuestro sistema natural. Ahora sabemos que aunque se
generaron novedosas técnicas para producir artefactos antes nunca imaginados
que hoy día hacen parte de nuestra cotidianidad, también hubo un indiscriminado
desgaste de recursos renovables y no renovables que aun hoy se replica, pero que
no es esta la razón por la cual nuestro planeta ingresó al ciclo de
calentamiento en el que hoy permanece. De acuerdo a las cifras de esta época,
el mundo hacia el siglo XIX sufrió una evidente baja de temperatura, para luego
de este periodo crítico iniciar su aumento gradual, resultado de constantes
variaciones climáticas nada atípicas si se hace un seguimiento de los cambios
que ha tenido la temperatura desde nuestros inicios. Lo que si es cierto es que
más allá de lo que nos revelan los medios, tal vez como una estrategia en
contra del capitalismo y el desarrollo de algunos territorios, es que existe
una estrella gigante que tiene más repercusiones en nuestro clima que las
emisiones de co2 que podamos generar en años gracias a nuestros procesos
productivos.
El sol, enorme y flameante,
concentra la mayor energía existente en nuestro sistema solar, es tan potente
que cada segundo genera más energía que la explosión de 6 bombas atómicas como
las que estallaron en Hiroshima y posee una temperatura propia de más de
15000000° centígrados. Lo que quizás desconocemos es que el sol es el mayor
causante del efecto invernadero en el cual nos encontramos sumidos, y que
además de que controla la nubosidad capaz de refrescar nuestros espacios, con
su campo magnético ayuda a que nuestra luna se mantenga en su órbita con
respecto a la tierra, la cual es la que controla toda la estabilidad (con respecto al clima, a las mareas, a la
duración de nuestros días y noches, entre otros.) de la que hoy disfrutamos.
Asimismo considero que la teoría del documental en este aspecto es totalmente
acertada ya que nuestro sol posee un ciclo de vida, el cual aún no llega a la
mitad, pero que al paso que va (y es así como funciona con todos las estrellas
madres de los sistemas solares) se ira calentando irremediablemente, lo cual
aumentará en unos cuantos grados nuestro clima afectándonos de formas
inimaginables.
El sol, en mi opinión, es la
principal razón por la cual nuestro planeta se calienta, y por supuesto las
consecuencias las observamos nosotros, pero no dejo de pensar que nuestro paso
por la tierra ha dejado una huella imborrable que ha desequilibrado el estado
inicial de nuestro mundo. Quizás no podemos hacer mucho con respecto a la
acción de nuestra estrella mayor en la tierra, pero por esta razón se nos
otorgaron elementos claves que permiten igualar la balanza en cuanto al clima.
Los árboles, los animales, nuestros recursos naturales, nuestra geografía
natural, todo en conjunto permite un balance térmico interno, aunque por fuera
las cosas ardan. Soy partidaria de que aunque fuera de nuestra atmosfera no
tengamos control, internamente debemos proteger estos componentes que, si bien,
en un principio permitieron que se generara la vida, ahora nos proveen de un
espacio y materia prima para nuestra permanencia.
Tal vez el ni el co2, ni
todos los otros productos tóxicos que expelemos a nuestra atmósfera hagan mayor
daño, pero no estamos exentos de culpabilidad, porque estamos progresivamente
destruyendo nuestro hábitat y acabando con los que se nos dio para sostenernos,
y que si el calentamiento global pronto no causa mayores estragos, nosotros
mismos generaremos el caos al alterar irremediablemente y sin control la
estabilidad de nuestro planeta.
¿Por qué se nos vende una
idea parcialmente equivocada? Tal vez no hayamos visualizado e internalizado
las consecuencias de lo que sucede, pero creo que se necesita más que un lazo
en los ojos para nublarnos la vista y un par de tapones en los oídos para no
permitirnos escuchar lo que pasa, porque a pesar de todo ya existen personas
que nos muestran una realidad distinta, y no le temen a la selecta comunidad
que se encarga de crucificar a los que piensan distinto y que han convertido
una buena causa, tal y como lo dice el documental, en un despiadado movimiento
religioso que solo genera fanatismo. Me permito entonces finiquitar este
escrito diciendo que más allá de todo lo que podamos tratar de inventar para
conocer lo que vendrá, mientras nuestro planeta y nuestro universo sigan siendo
un misterio, nuestro futuro también lo será.
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